Vida y muerte, pasión y orgullo, pureza y guerra, fragilidad y fortaleza… Las flores y sus significados están presentes en las más grandes leyendas y los mitos más imperecederos. Te descubrimos los ejemplos más conocidos.

Mitos y flores

Además de la popular tradición de las flores y el día de San Valentín existen otros muchos mitos, leyendas y fiestas asociadas a las plantas decorativas. En muchas sociedades, ciertos colores de flores han adquirido significados simbólicos: la flor blanca del cerezo simboliza, por ejemplo, tanto la pureza como la muerte, mientras que la roja simboliza la pasión, la energía, la sangre… Las flores amarillas nos sugieren el oro, el sol: en la China taoísta, la santidad más elevada se representaba en las pinturas como una flor dorada que crecía de lo alto de la cabeza.

Los aztecas adoraban a una diosa de la fertilidad y la sexualidad llamada Xochiquetzal (que significa “flor que permanece firme”). La diosa se representaba con un ramo de flores y con una corona de flores rodeándole la cabeza, y los fragmentos de los poemas aztecas que se han conservado hasta nuestros días nos hablan del doble simbolismo de las flores como emblemas de vida y de muerte. Los romanos también tenían a Flora, la diosa de las flores, los jardines y la primavera, que celebraba su festividad -la Floraria– en abril o a principios de mayo y que simbolizaba la renovación del ciclo de la vida, marcada con bailes, bebidas y flores, y que tenía su equivalente en la mitología griega en Cloris, la esposa de Céfiro, el dios del viento.

Mitos y flores

Y es que en la mitología griega las flores tienen una presencia capital. Uno de los mitos más conocidos relacionados con las flores es el de la anémona, que nace de la sangre que mana del cuerpo sin vida de Adonis, al que Afrodita rocía de néctar, de forma que cada gota de su sangre se convierte en una flor roja (un simbolismo que adoptaría siglos más tarde el cristianismo, pues en muchas pinturas que representan la Crucifixión aparecen las anémonas a los pies de la cruz).

Sobre el jacinto nos dice la leyenda que era un joven apuesto de Esparta, amado por el dios Apolo. En una ocasión, cuando ambos estaban jugando a lanzarse el disco el uno al otro, Apolo, para demostrar su poder e impresionar a Jacinto, lo lanzó con todas sus fuerzas. Jacinto, para impresionar a su vez a Apolo, intentó atraparlo, pero fue golpeado por el disco y cayó muerto. Sin embargo, mientras agonizaba, Apolo no permitió que Hades, el dios de los muertos, reclamara al muchacho; de la sangre derramada del joven hizo brotar una flor, el jacinto. El mito mereció incluso la atención de Mozart, que compuso el entreacto Apollo et Hyacinthus.

Los claveles también están presentes en los mitos y leyendas de culturas de todo el mundo. Para los coreanos, tres claveles puestos sobre la cabeza representan una forma de divinidad. Y para los flamencos, el clavel rojo simboliza amor y, cuando son rosas, son tradicionalmente asociados con las bodas.

Por último, para los antiguos egipcios, los lirios eran un símbolo del Bajo Egipto, la parte sur del país, mientras que en el Próximo Oriente eran asociados con Ishtar, la diosa de la creación y la divinidad. Para griegos y romanos, los lirios representaban a la reina de los dioses, Hera -en el caso de los griegos- y Juno -en el de los romanos-. El lirio era, además, uno de los símbolos de la diosa romana Venus y, en tiempos posteriores, los cristianos lo adoptaron como símbolo de María, que siendo virgen concibió a Jesús. Es muy común ver en pinturas del Renacimiento al arcángel Gabriel tendiéndole un lirio a María. La flor quedó así por siempre asociada a la virginidad y la castidad.

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