En primer lugar, debemos dejar el ramo con sus tallos sumergidos en agua al menos dos horas. De esta manera se recuperarán de la manipulación durante el traslado.
Luego pondremos el ramo en condiciones, quitándole todas aquella flores u hojas que estén marchitas; y aquellas que queden estar contacto directo con el agua.
El siguiente paso, y el más importante es cortar el extremo de los tallos en bisel (diagonal); esto es para que la superfície de absorción de agua sea mayor.
El recipiente donde pondremos el ramo, tiene que estar totalmente limpio y libre de impurezas o restos de ramos anteriores. Al acomodar el ramo en el jarrón, asegúrate que esté aireado ya que no les gusta estar apretados y ahogados.
Procura que nos les de el sol directo ni que esté cerca de altas temperaturas (radiadores por ejemplo)
Puedes echar en el agua algún producto conservante para flores; se encargan de quitar las bacterias del agua y de esta manera logramos duplicar la vida de las flores. Y si no utilizas ningún producto de este tipo, cambia el agua diariamente y recorta el tallo nuevamente en bisel.
Suele utilizarse agua tibia para casi todas las flores y para las flores de bulbo (narcisos o jacintos) se utiliza agua fría.
Los ramos de flores que recibimos están cargados de mensajes. Conservar este valor por más días es importante para ti y para quien en ti ha pensado.
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