Turkmenistan es una de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central que estuvieron bajo el poder de la URSS hasta su independencia en 1991. Aunque cuenta con salida al Mar Caspio, casi la totalidad de su territorio está ocupada por el desierto de Karakum, cuyo nombre significa “arena negra". Habitan en este país poco más de 5 millones de personas, las cuales viven en torno a los tres ríos principales, el Atrak, el Murbag y el Amu Daria.
El lugar donde actualmente se encuentra la capital del país, Asjabad, fue una parada importante en la ruta de la seda durante la época medieval, siendo un punto crucial del comercio con China dentro del mundo islámico. Hoy en día, cuenta con más de un millón de habitantes y, a diferencia de la mayoría de grandes ciudades islámicas, Asjabad ya no conserva el típico casco antiguo, pues este fue destruido por sucesivos terremotos.
En lo que respecta a la economía, Turkmenistán es la cuarta reserva de gas y petróleo del mundo. Las actividades económicas principales también incluyen la metalurgia y el cultivo de algodón. Como sociedad formada por antiguos nómadas, los intentos de urbanización del país no has sido demasiado prósperos.
De hecho, las tribus turcomanas se asentaron en este territorio desde la antigüedad y solían dedicarse a la cría de caballos. La mayoría de habitantes hoy en día siguen siendo de la etnia turcomana, con una minoría de rusos, armenios, azerbayanos y uzbecos que suelen sufrir discriminaciones en la vida diaria del país. Asimismo, el turcomano es la lengua oficial y el ruso el medio de comunicación interétnico.
En cuanto a cultura, los nómadas turcomanos se han dividido tradicionalmente en clanes. Cada uno de ellos habla un dialecto propio y se distinguen unos de otros gracias a las famosas alfombras yomut, que cada clan teje con colores y símbolos distintos. Pero si algo tienen todos en común es el famoso telpek, el sombrero turcomano por antonomasia, de gran tamaño y confeccionado con piel de oveja negra. Tan característico como los típicos pantalones anchos, las botas altas y los abrigos de algodón.
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